miércoles, 11 de noviembre de 2009

Meditando.

Entre más alto se vuela más alta la caída y por ende, más dolor produce. Como el mito de Ícaro y sus alas de cera derretidas por el sol. Es extraño como la llamada ilusión puede dar tantos problemas cuando parece indicar lo contrario. Es fácil acurrucarse en las propias piernas para pensar que el exterior no es importante, en seguir leyendo ese libro que te hace soñar, en vivir en otro mundo surrealista en el cual todo sale bien y eres totalmente feliz. Es tan fácil que no motiva hacerlo. Las muchas ilusiones que podríamos tener se basan en falsas creencias, incluso en películas, libros, historias tan surrealistas que nos hacen olvidar que la vida es más dura que cualquier ficción inventada.

Podríamos pensar y soñar, podríamos dejar escapar la imaginación hasta el punto de pensar que estamos viviendo otra realidad, pero desde que despertaramos de ese buen sueño nos daríamos cuenta de que nada de eso se cumplirá. En esta vida sólo nos queda un equilibro entre razón y sentimientos y el desequilibrio formaría un caos dentro de nuestra propia persona. Las emociones son armas de doble filo capaces de dañarnos hasta lo más hondo, de atravesarnos con la frialdad de una cuchilla y no permitirnos seguir, pero también son aquello que nos hace continuar, pelear , seguir de pie y escupir a la cara a esos problemas que pretenden tumbarnos.

Aunque a veces no es suficiente. No es fácil permanecer siempre de pie y seguramente caeremos en más de una ocasión. El pensar del'' querer es poder'' se ve resquebrajado cuando nos damos cuenta de que en ocasiones, el esfuerzo no es suficiente. Las ilusiones nos mantienen en pie, pero también son una falsa idea de esperanza.

El que no tiene buena voz no podrá ser cantante por mucho que tenga esperanzas, y cuando le digan la verdad, caerá en picado. Las mentiras alimentan la ilusión, una falsa ilusión que no tendría ni tan siquiera por qué existir. la moral de una persona es muy delicada y por desgracia lo normal es dejarse llevar por esas emociones sin tan siquiera pensar en las consecuencias.

Sentir, razonar, premeditar y actuar. Ese sería el orden que yo le pondría a la simple acción de un ser humano. Saltarse cualquiera de estos pasos podrían dar paso a una grave equivocación o un problema mayor, o al menos así lo veo yo. Esto no es una película, el amor verdadero es una simple ilusión, la verdadera amistad es otra y cualquier sentimiento eterno, porque todo lo que tiene principio, tiene final, y el claro ejemplo es la corta e insignificante vida de un propio ser humano.