martes, 12 de octubre de 2010

De manera simultánea.

Sentado frente al portátil, meditabundo y con varias ventanas abiertas en el navegador. Desvío la mirada de la pantalla para fijarme en como caen algunas gotas por el cristal de la ventana del salón, y me planteo... ¿qué hay más allá? Mientras yo estoy en mi ordenador, escribiendo esto, seguramente esté naciendo una nueva vida, y quizás se esté perdiendo otra. Mientras escucho el nuevo disco de un cantante lo más seguro es que otros estén aún intentando sobrevivir, como lo más seguro es que también haya algún otro que esté ahora mismo en alguna parte del mundo, pasándoselo bien en un yate y sujetándose los pantalones que caen por el precio del dinero que llena sus bolsillos. Mientras yo ojeo la tele y veo una película sobre el Apartheid, otros sufren lo que en esta película se muestra. En lo que he tardado en escribir esas líneas anteriores seguramente haya muerto algunas personas más y nacido otras tantas. Y es que así es el tiempo, así es todo, creemos que el mundo se para cuando nosotros hacemos algo sin plantearnos que estará pasando simultáneamente en el piso de al lado, o a dos manzanas, o quizás a mil kilómetros.


Aunque hace tiempo que no escribo no significa que mi cerebro haya dejado de funcionar ni que haya dejado de plantearme todo lo que pasa a mi alrededor, porque lo sigo haciendo. Mientras aquí es de día, en otro sitio es de noche. Mientras aquí yo vivo, mientras aquí yo respiro, mientras aquí yo escribo, otros viven en condiciones desesperantes si es que a eso lo podemos calificar como ''vivir'. Mientras tú lees esto porque no tienes nada mejor que hacer, algo grande estará pasando ahí fuera. Mientras yo sólo pienso y escribo otros intentan hacer algo por cambiarlo, y así está el mundo, en constante movimiento sin pararse por nada ni por nadie aunque a veces, cuando nos pase algo a nosotros mismos, pensemos lo contrario. Cuando nos ocurre una desgracia creemos que el tiempo se para y que el mundo es reducido a lo que nosostros estamos viviendo, pero a la vez, se están viviendo otras tantas cosas en otras partes del planeta. Muy poca gente piensa esto ¿para qué? diríais, pues para recordar que no estamos solos, porque si recordáramos todos los días que hay más gente, más vidas, que lo que nosotros vivimos lo vive más gente, a lo mejor dejaríamos de ser tan jodidamente egoístas.

Seguramente, ahora que acabáis de leer esto, hayan atracado alguna tienda.

2 comentarios:

Mimiih_x dijo...

Es bien cierto lo que expones. Deberíamos preocuparnos por cosas más importantes que pasan a diario y en cualquier parte del mundo. Pero una preocupación desmesurada tampoco cambiará mucho las cosas.

Estoy segura de que si pensásemos todos los días lo que ocurre en el mundo entero con la pobreza, la violencia de género, los asesinatos, el maltrato, los robos, etc, nos flagelaríamos hasta nuestro último día de vida.

No sé, pienso que nos debemos de tomar todo en su justa medida.. sin excesos ni penurias..

Nothing is casuality. dijo...

Las pequeños problemas son la base de los grandes. Si no te planteas los tuyos propios, plantearse los colectivos es un sin vivir.

Solucionando los problemas cotidianos, abrimos los caminos necesarios a aquellos que son más complejos.

PD: al señor marroquí de la tiendas de ultramarinos de en frente aún no le han robado, mentirosillo.